En el sector más frondoso del bosque, en un lugar donde no cualquiera podía llegar, se erguía una casucha destartalada. Era bastante amplia, tenía la pintura de las paredes descascarada y la maleza crecía anárquicamente en los alrededores.
Victorie, Katerina, Jensen y Selena, aún cargada al hombro de éste último, entraron en la casa; y el ruido que hizo la puerta al cerrarse resonó en los alrededores.
Jensen dejó en el suelo a la muchacha y avanzó tras Victorie. Se acercó a ella y le pasó el dedo por una cortadura que tenía en el brazo.
- No es gracioso, lárgate. - le dijo, sacando el brazo como si la hubiese quemado.
Jensen se chupó la sangre del dedo, mientras sonreía.
- Supervivencia del más fuerte, Vic. No quiero que me pase lo mismo que a tu hermano. -
Ella lo acorraló contra la pared, sujetándolo del cuello, y sus ojos emitieron un brillo color rojo sangre. Sus colmillos crecieron y arqueó las cejas, mientras se relamía los labios.
- ¿Vas a morderme, princesa? Porque no te tengo miedo. -
Un joven de tez pálida, que aparentaba no tener más de veinticinco años, salió de una de las habitaciones, poniéndose una camisa y caminó a través del pasillo. Su nombre era David Spencer y era uno de los más poderosos del grupo.
- ¿Qué es todo este alboroto? -
Victorie dudó un momento y, luego soltó a Jensen, ocultando sus colmillos.
- No pasa nada. - respondió él, bajando la vista.
No le convenía discutir, no con el estado de las cosas.
Katerina apareció por detrás de David y le acarició el hombro, sonriendo. Él se zafó, como si sintiera un gran desprecio por ella.
- Te traje lo que nos pediste, está allá. - le dijo, haciendo un ademán con la cabeza.
- ¿Solo eso? Porque me parece bien decirle que podríamos haberla traído correctamente, pero recurriste a la fuerza y la lastimaste. -
David empujó a Katerina a un lado y caminó rápidamente, mirando hacia los costados, buscándola en las habitaciones. Selena estaba atada, por las manos, a una silla, en la habitación contigua a la de Victorie. David entró, cerrando la puerta tras de sí, y ninguno de los otros tres se atrevió a entrar. La cabeza de la muchacha estaba inerte sobre su pecho y tenía la ropa raída. David se agachó junto a ella y le corrió el cabello para observar su rostro. Una línea de sangre le goteaba de la ceja, atravesando su rostro y se confundía con lágrimas secas que le habían brotado en algún momento de sus ojos. Examinó el territorio de alrededor de la silla, había mucha sangre que brotaba de numerosas heridas, sus ojos brillaron por un segundo. No, no era el momento. Permaneció en silencio, mirándola por unos momentos y luego salió.
- ¿Quién la lastimó? -
Jensen y Victorie bajaron la vista, la única que lo miraba fijamente y con seguridad era Katerina.
- ¿Nadie? Muy bien. ¿Dónde está la hermana? -
- Cuando llegué ya no estaba, creo que los otros se la llevaron. - respondió Victorie, casi murmurando.
- Bien. Ustedes dos afuera, vayan a buscar a la pequeña. Katerina tendrás que salir a cazar a partir de ahora, se acabaron las comodidades; y no creas que mi padre va a protegerte. Mientras ella esté en la casa, las cosas van a ser muy diferentes. -
- Pero, David...
Al ver el ambiente, más tenso de lo normal, los otros dos salieron a cumplir la orden y dejaron a Katerina y David discutiendo.
- ¡Ordené claramente que no la lastimarán! ¡Te quiero fuera de mi vista, inmediatamente! -
Katerina se marchó y sus tacones resonaron, en todo el pasillo, mientras se alejaba.
David llenó un recipiente con agua y volvió a entrar en la habitación. Había esperado tanto tiempo ese momento y todo había salido mal. Selena abrió lentamente los ojos y parpadeó repetidas veces hasta que se acostumbró a la poca luz que había. Cuando vio a David intentó incorporarse para huir, pero las sogas que la sujetaban la echaron para atrás...
Victorie, Katerina, Jensen y Selena, aún cargada al hombro de éste último, entraron en la casa; y el ruido que hizo la puerta al cerrarse resonó en los alrededores.
Jensen dejó en el suelo a la muchacha y avanzó tras Victorie. Se acercó a ella y le pasó el dedo por una cortadura que tenía en el brazo.
- No es gracioso, lárgate. - le dijo, sacando el brazo como si la hubiese quemado.
Jensen se chupó la sangre del dedo, mientras sonreía.
- Supervivencia del más fuerte, Vic. No quiero que me pase lo mismo que a tu hermano. -
Ella lo acorraló contra la pared, sujetándolo del cuello, y sus ojos emitieron un brillo color rojo sangre. Sus colmillos crecieron y arqueó las cejas, mientras se relamía los labios.
- ¿Vas a morderme, princesa? Porque no te tengo miedo. -
Un joven de tez pálida, que aparentaba no tener más de veinticinco años, salió de una de las habitaciones, poniéndose una camisa y caminó a través del pasillo. Su nombre era David Spencer y era uno de los más poderosos del grupo.
- ¿Qué es todo este alboroto? -
Victorie dudó un momento y, luego soltó a Jensen, ocultando sus colmillos.
- No pasa nada. - respondió él, bajando la vista.
No le convenía discutir, no con el estado de las cosas.
Katerina apareció por detrás de David y le acarició el hombro, sonriendo. Él se zafó, como si sintiera un gran desprecio por ella.
- Te traje lo que nos pediste, está allá. - le dijo, haciendo un ademán con la cabeza.
- ¿Solo eso? Porque me parece bien decirle que podríamos haberla traído correctamente, pero recurriste a la fuerza y la lastimaste. -
David empujó a Katerina a un lado y caminó rápidamente, mirando hacia los costados, buscándola en las habitaciones. Selena estaba atada, por las manos, a una silla, en la habitación contigua a la de Victorie. David entró, cerrando la puerta tras de sí, y ninguno de los otros tres se atrevió a entrar. La cabeza de la muchacha estaba inerte sobre su pecho y tenía la ropa raída. David se agachó junto a ella y le corrió el cabello para observar su rostro. Una línea de sangre le goteaba de la ceja, atravesando su rostro y se confundía con lágrimas secas que le habían brotado en algún momento de sus ojos. Examinó el territorio de alrededor de la silla, había mucha sangre que brotaba de numerosas heridas, sus ojos brillaron por un segundo. No, no era el momento. Permaneció en silencio, mirándola por unos momentos y luego salió.
- ¿Quién la lastimó? -
Jensen y Victorie bajaron la vista, la única que lo miraba fijamente y con seguridad era Katerina.
- ¿Nadie? Muy bien. ¿Dónde está la hermana? -
- Cuando llegué ya no estaba, creo que los otros se la llevaron. - respondió Victorie, casi murmurando.
- Bien. Ustedes dos afuera, vayan a buscar a la pequeña. Katerina tendrás que salir a cazar a partir de ahora, se acabaron las comodidades; y no creas que mi padre va a protegerte. Mientras ella esté en la casa, las cosas van a ser muy diferentes. -
- Pero, David...
Al ver el ambiente, más tenso de lo normal, los otros dos salieron a cumplir la orden y dejaron a Katerina y David discutiendo.
- ¡Ordené claramente que no la lastimarán! ¡Te quiero fuera de mi vista, inmediatamente! -
Katerina se marchó y sus tacones resonaron, en todo el pasillo, mientras se alejaba.
David llenó un recipiente con agua y volvió a entrar en la habitación. Había esperado tanto tiempo ese momento y todo había salido mal. Selena abrió lentamente los ojos y parpadeó repetidas veces hasta que se acostumbró a la poca luz que había. Cuando vio a David intentó incorporarse para huir, pero las sogas que la sujetaban la echaron para atrás...